lunes, 19 de noviembre de 2012

Paul Delvaux

Nacido en Antheit (Lieja) en 1897, se consagró como pintor surrealista, destacando su particular definición de esta técnica: "reintroducción del sujeto, pero en un sentido bien determinado que es el de lo extraño y de lo ilógico". El universo característico de su pintura se constituyó tras conocer la obra de De Chirico y de Magritte, en 1934. Antes, Delvaux había practicado una especie de realismo impresionista. Bajo el velo de lo absurdo se disimulan diversos hechos e infortunios del siglo XX, como el éxodo belga, o la ocupación. Su definición del surrealismo corresponde a toda su obra. Sus cuadros, con una técnica bastante académica, acogen personajes hieráticos: soñadoras mujeres desnudas, hombres distraídos e incluso esqueletos, en un escenario (templos griegos y jardines florentinos que componen perspectivas arquitecturales clásicas, y también andenes en desuso) que parece el frío espejo de sus inhibiciones. Cinco años después de morir su mujer, Tam, muere Delvaux, en 1994.

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